martes, 7 de mayo de 2013

Se confundió

El maldito destino se confundió conmigo. No estoy en el lugar adecuado y lo sé desde el primer día.
A mitad de mi vida, alguien tomó una decisión importante por mí, cuando debían de haber contado con mi opinión. Dudo que en algún momento de mi vida dé las gracias por lo que ahora mismo vivo (salvo por cinco personitas adorables), pero tampoco quiero decir "de este agua no beberé"; pero hasta entonces y de momento, pienso que el destino se confundió, se equivocó al colocarme aquí. No estoy hecha para esto, y si aún así me quedara poco aquí estaría feliz, pero todavía me quedan dos años. Serán insufribles. Necesito apoyo y tan solo lo recivo de dos personas, cuando, pienso, que deberían ser más, y entre ellas, deberían estar algunas personas de mi familia, pero no, son dos amigas, dos buenas amigas, y las doy las gracias por ello, pero son solo ellas. Quizás pido demasiado, pero aquí me siento sola muchas veces y sé que es porque yo no encajo aquí, que debería estar en otro sitio. De momento, lo siento pero no doy las gracias y no quiero aceptarlo, no quiero aceptar mi destino. Tal vez, para algunos sea egoísta lo que pienso, pero yo no me veo así, solo expreso mis sentimientos y lo que me gustaría y que no me siento satisfecha ahora mismo. Me gustaría cambiarla, cambiar mucha parte de ella, *decirle a una persona en concreto de mi familia, que por mí, que si me quiere, no lo diga, no lo haga. Pero ya es tarde para eso. Si tuviera una máquina del tiempo que me devolviera seis años atrás, se lo pediría hasta explotar, sin lugar a dudas. No pretendo ser orgullosa ni el centro del mundo, y por supuesto quiero que mi familia sea feliz, y mis amigos también, pero lo siento, yo también quiero ser feliz. No quiero una vida si no puedo disfrutarla. Así no.
*Momento en el que empiezo a llorar.

lunes, 6 de mayo de 2013

Libros

Mi pequeño refugio cuando estoy triste y hecho de menos un mundo perfecto, que quizás no exista : LIBROS.
-Un beso en París.
-Trilogía "Los juegos del hambre". 
-Buenos días, princesa.
-No sonrías que me enamoro. (Segunda parte de Buenos días, princesa.)
-Trilogía "Canciones para Paula".

jueves, 4 de abril de 2013

En la puerta

Tú eres como esos que dicen que se quedan en la puerta; que ni entras ni sales, y lo peor de todo es que te quedas en medio, de modo que entorpeces a los demás, de manera que no les dejas ni entrar a otros nuevos, ni salir a los que deben irse. Y con todo eso me mareas. Ahora mucho perdón y mucho lo siento, pero cuando lo hacías nadie se daba cuenta. Ahora me vienes diciendo que te perdone, y lo hago, aún sin saber si eso es lo correcto. No sé si he hecho bien; y no creo que nunca lo sepa. Ahí se ha quedado. Supuestamente hemos empezado de 0, pero esto, más que empezar, parece seguir. No quiero que sea igual.  Me sigues hablando de ella, a pesar de seguir con tu novia. Me sigues hablando de ella, a pesar de que sabes que me molesta y que me molaste en su momento, de manera que no es muy lógico, y por tanto, tú, no muy inteligente, para volver a reocordármelo. No pasó nada porque tú lo hiciste mal, por lo menos lo reconoces. Es un primer paso. Quiero que seamos amigos, sin rencores, sin mirar el pasado, pero con lo que haces me veo obligada a recordar, de forma que me replanteo si he hecho lo correcto.

lunes, 11 de marzo de 2013

Mi almohada, su nombre

Pues si, o parece una chorrada, o parece lo típico, pero lo he hecho. A partir de ahora, mi almohada se llamará como él. La abrazo y aplasto y me acurruco en ella como me gustaría hacerlo en él. Lástima que no pueda hablarle y llamarle por teléfono, y así le evitaría demasiadas lluvias a mi querida almohada, que nada ha hecho para merecer mis ralladas, pero nada, que no puede ser así. No hay semana que como mínimo no caiga un chaparrón sobre su sábana. Siempre por él. ¿Por qué o por quién iba a ser si no?

Ni medio normal

No me parece ni medio normal que me obligues a escoger algo que aún estoy indecisa, algo, que todavía tengo tiempo para pensar tranquilamente, y encima te replico que si lo hago es porque tú quieres y me dices que entonces haga lo que me dé la gana. Pues sí. Eso es exactamente lo que voy a hacer: lo que yo quiera, no lo que tú me digas.Estoy harta de tener que hacer siempre todo lo que tu quieres, que no puedo salir los viernes porque no me dejas, que no puedo hacer un descanso mientras estudio, no sea que vea una mosca y me despiste tres minutos. A veces no aguanto, juro que a veces no puedo más. Que tengo ganas de explotar.
Y por si fuera poco, me vienes y me dices que si no te estaré ocultando algo. Pero, ¿que te iba a ocultar si pareces un detective todo el día preguntándome que qué estoy haciendo?

martes, 5 de marzo de 2013

No te metas si no sabes.

¿Alguien sabe cómo me siento yo ahora mismo? Me siento como una porquería. No saben el daño que me hacen diciendo eso. Criticando a mis ídolos no les hacen daño a ellos; ellos no les oyen, me hacen daño a mi. Les echan en cara todo, ya sea bueno o malo, o no tenga más importancia que el simple hecho de que sea algo de ellos. Suficiente para comenzar el bombardeo. Por todas partes. Sin duelo. Sin piedad. Sin observar las consecuencias de lo que pueden hacer sus palabras. Sin pensar que yo me pongo a llorar con esas cosas. Parecerá una tontería, pero es la verdad. Se creen que soy de piedra por dentro. Que sí, vale, que voy de dura y de que todo me importa poco o nada, pero yo en el fondo tengo mi corazoncito, tengo mis sentimientos. Mi corazón no es de piedra maciza. Es frágil y en cuanto lo tocas se resquebraja. Cada vez tiene más grietas, y se acabará rompiendo el día menos pensado, cuando todo parezca en calma, saldré yo, y me pondré a repartir por donde esté la gente. Caerá para todos, sin observar dónde. Y no será porque no lo he avisado veces... Lo repito tanto, que me canso. Repito que eso me fastidia, pero todos hacen caso omiso a lo que digo, e incluso algunos, solo por fastidiar, se corroboran en sus 'argumentos', si se les pueden llamar así...

domingo, 3 de marzo de 2013

No quiero ser así

No quiero ser así. Me gustaría poder ser la clase de chica que habla con todo el mundo, sin importar el sexo, la edad o simplemente, que pensará la otra persona de ti.
Yo solía ser diferente, me daba igual lo que pensaran de mi, yo era como a mi me gustaba, no como a ellos les gusta. Pero estar aquí me ha cambiado. No sé con certaza si a bien o a mal, pero me ha cambiado. Yo no quería cambiar y estoy dispuesta a volver a hacerlo para volver a ser como antes. No pensaba como ahora. Quiero volver a ser la persona que era antes. No quiero ser superficial, y si pienso que la gente puede verme raro, es porque lo soy, y que la gente de aquí, por tanto, también lo es.
El qué pensarán de mí o el qué dirán por llevar esto, se ha acabado para siempre. Que si me gusta un pantalón que a la gente no, será el que más me pondré tan solo por ser diferente y no como el prototipo de adolescente. Que si tengo algún hobbie diferente a jugar al volley o gimnasia rítmica lo haré, sin lugar a dudas. Que si me apetece comerme en el recreo un supermercado entero, lo haré sin darle importancia a si pensarán que soy una gocha tragacomida. Que si me gusta un grupo de música criticado, lo defenderé porque para mi son importates y modelos a seguir. Que si me gusta un deportista, también lo defenderé hasta la muerte, solo porque sepan que es mi ídolo. Y por supuesto, si me gusta algún chico, no me avergonzaré jamás de que sea él el que me guste y no el queso del curso.
Así de claro lo dejo todo. Voy a dejar de ser normal.